El circuito que recorre la capital de Azerbaiyán mezcla rectas rápidas con curvas de 90°, creando oportunidades de adelantamiento que casi siempre garantizan una carrera llena de acción; la sección del castillo es única en el calendario y la final más o menos recta, de casi 2,5 km de longitud, ha sido escenario de increíbles carreras de resistencia en el pasado, en las que los pilotos luchaban por encontrar la estela más importante.