Red Bull llegaba al domingo en Budapest con el objetivo de minimizar los daños. Tratarían de llegar lo más arriba posible, luego de una pobre clasificación que dejaba a sus pilotos en 11° y 10° posición. En un circuito donde el sobrepaso es difícil y visto el ritmo de Ferrari, los de Milton Keynes estaban seguros que su domingo sería de pesadilla.
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