Ferrari sin descanso en las vacaciones

El tercer y cuarto lugar de Vettel y Leclerc le da al equipo Cavallino los mismos puntos recogidos por Red Bull, pero el SF90 visto en Hungría no parece capaz de mantenerse al día no solo con el Mercedes sino también con el RB15.

Ferrari había anunciado el viaje a Budapest como una etapa que habría sido cuesta arriba. Todos lo habían dicho, Mattia Binotto y los pilotos en la línea del frente, e incluso en la clásica charla retro-box surgió el mismo concepto. Pero aunque las premisas se basaron en el realismo imbuido de pesimismo, leer en la clasificación final más de un minuto bajo los lideres tanto para Sebastian Vettel como para Charles Leclerc da una cierta impresión.

No es la primera vez que Ferrari se enfrenta a un fin de semana que promete ser cuesta arriba, pero luego, de alguna manera, en el garaje de Cavallino, se las arreglan de alguna manera para hacerla menos dramática de lo esperado. En Budapest no.

Para decirlo todo, el balance de la etapa (tercer lugar para Seb y cuarto para Leclerc) es más alto que los valores vistos en la pista, madurado gracias también a las desventuras de Bottas en la primera vuelta de la carrera y a un Pierre Gasly que hoy basa sus esperanzas de supervivencia en Red Bull por la ausencia de alternativas reales en la guardería de Helmut Marko.

Se sabía que el SF90 no se casaría con las curvas de Hungaroring (un antiguo feudo de Cavallino en los últimos tiempos), pero la impresión es que, en términos de rendimiento, fue aún peor de lo esperado: "Hace una semana teníamos el mejor auto mientras hoy estábamos en problemas", comentó Binotto, "Como lo hemos señalado varias veces, el rendimiento de nuestro auto varía mucho de una pista a otra".

"Cuando nos detenemos en pistas como la de Budapest, donde la carga máxima es crucial, nos angustiamos y en la carrera sufrimos más que en la calificación porque en la vuelta más rápida podemos aprovechar al máximo el agarre del neumático nuevo mientras estamos en la distancia, cuando los neumáticos se sobrecalientan, las cosas se complican”.

En cuatro semanas, el mundial se reiniciará desde Spa, y Ferrari tendrá que poner todo sobre la mesa. Con cero éxitos en doce carreras, la Scuderia buscará la redención en ocho días no solo por honor, sino también por un campeonato que ha comenzado a tomar un giro inesperado. Si el Red Bull de Verstappen tuviera dos, o incluso uno y medio, el lugar de honor en la clasificación de Constructores no sería tan sólido, e incluso en esos 'conductores' de hoy, Verstappen llevó su margen a Sebastian Vettel a +25.

Me viene a la mente la temporada 2016, cuando en la búsqueda del Mercedes Ferrari se vio superado por Red Bull, y los roles y los nombres son los mismos tres años después. Es por eso que las carreras de Spa y Monza se convierten en el enfrentamiento, los cuadrados en los que el proyecto SF90 tendrá que confirmar que al menos en algunos circuitos existe la posibilidad de luchar por la victoria.

También es importante señalar que si Ferrari llega a las vacaciones de verano a un nivel de "éxito cero", no solo se debe a la falta del monoplaza, de hecho, en el paddock, muchos expertos afirman que la Scuderia con circunstancias más favorables podría haber estado en altitud de cuatro éxitos. Lo que no cambiaría mucho de manera global, sino mucho en las evaluaciones del trabajo de Maranello.

"Las siguientes son pistas que mejoran el motor y, por lo tanto, seremos más competitivos", confirmó Binotto, "Pero no hay garantía, no estaremos ganando. Nuestros oponentes son muy fuertes, pero no hay duda de que las cosas serán muy diferentes en comparación con Budapest”.

Entre Spa y Monza habrá una necesidad del automóvil en su mejor momento, pero también de pilotos en perfecto estado, estrategas sin vuelos Pindaric y todo lo demás. Se necesitará todo el paquete, porque el espectáculo que Mercedes organizó en Hungría ha confirmado que una pequeña grieta es suficiente para poner todo en riesgo. Las carreras en las que tratar de atrapar el éxito anhelado ahora son menores que aquellas en las que no se obtuvo, y ahora los adversarios comienzan a vestirse no solo de gris.