Red Bull y una marcada línea ascendente en su rendimiento

En la víspera del séptimo GP de la temporada en suelo canadiense, la parábola evolutiva de Red Bull Racing merece un enfoque particular, que en el desempeño está marcando un claro crecimiento en comparación con 2018.

Solo mirando el año pasado, Red Bull es ciertamente el equipo que hizo los cambios más macroscópicos con dos importantes cambios: el cambio de proveedor de la unidad de potencia y la llegada de Pierre Gasly, promovido por Toro Rosso, para apoyar a Max Verstappen.

Red Bull y Renault habían trabajado juntos durante 12 años, una unión que marcó una era en la Fórmula Uno, que obtuvo 57 victorias y ocho títulos mundiales, incluidos pilotos y fabricantes; todo esto, sin embargo, no se basa en salvaguardar la serenidad y el equilibrio de la relación entre las dos partes en momentos de dificultad, la tensión creció progresivamente, con Red Bull culpando directamente a su proveedor, acusándolo de poco compromiso en el desarrollo del motor hasta culparlo completamente por los problemas repetidos de la temporada pasada.

Por lo tanto, el divorcio fue inevitable y el equipo de Milton Keynes eligió a Honda como un nuevo socio técnico. Horner, en el anuncio de la colaboración, declaró que estaba sorprendido por el compromiso del equipo japonés, por su deseo de crecer y por el rápido progreso realizado, en 2018, con Toro Rosso. Una decisión que está pagando: el crecimiento constante de los austriacos es evidente, ya que llegó primero para luchar y luego para seguir adelante en la carrera contra Ferrari, una tendencia constante en las dos últimas carreras, España y Mónaco.

Verstappen terminó cuarto debido a la penalización de pit lane en el duelo con Bottas, pero en la pista fue el único que permaneció pegado a Hamilton hasta el final. Pero creo que es necesario subrayar cómo elegir a Honda trae consigo toda una serie de incógnitas derivadas de la experiencia fallida de los japoneses con McLaren de 2015 a 2017 y, por lo tanto, no fue una decisión sin riesgos, especialmente para un equipo de primer nivel.

Red Bull sabía cómo dirigirlos, teniendo éxito, hasta el momento se puede decir con mérito, vislumbrar, valorizar y capitalizar el serio compromiso y el deseo de volver a ganar de Honda. Una gran nota de mérito para este comienzo de la temporada es para Max Verstappen quien, aunque mantiene su impetuosidad natural e instintiva, su marca registrada, está aprendiendo a dosificarla, casi frenando, favoreciendo la perspectiva de la carrera.

Pensando en el campeonato, convirtiéndose cada vez más en un hombre de equipo, un verdadero primer piloto que logra pensar en el equipo, la continuidad de los puntos, en lugar de "todo e inmediatamente". Si el holandés continúa así, uniéndose al enorme talento innato, realmente puede convertirse en un piloto capaz de marcar la historia de la F1.

Llegamos ahora a Pierre Gasly. Al ponerlo en el auto, Ricciardo aclara y confirma dos enfoques de Red Bull: el deseo de enfocarse en que los jóvenes se conviertan en una figura distintiva y que hayan coronado al líder indiscutible que es Verstappen. Ciertamente, para Pierre no es una situación simple de manejar, sabe que tiene una gran oportunidad, pero corre el riesgo de ser aplastado por la presión, por la expectativa, por la relación privilegiada del equipo con el holandés, que ahora tiene una buena experiencia para esto.

Nivel y, sobre todo, siempre va muy fuerte. En Montecarlo y Barcelona, ​​han llegado los signos de un renacimiento para el francés que deseamos confirmar también en Canadá. A Gasly le fue muy bien en Toro Rosso y es correcto vivir esta oportunidad bien merecida logrando sacar el máximo provecho de sí mismo; No nos gustaría agregarlo a la triste lista de jóvenes quemados con demasiada rapidez por Marko. Solo faltan las actuaciones de su nivel para hacer de Red Bull la segunda fuerza efectiva de este campeonato.