El futuro de Vettel en la F1 depende de la competitividad de Ferrari

El equipo de Cavallino tiene un acuerdo blindado con el joven conductor monegasco y tiene un contrato que une a Sebastian hasta 2020. En teoría, en Maranello tienen un futuro definido, incluso si hay quienes piensan que el destino del alemán y su decisión estará fundamentada en sus próximos resultados.

Lo inesperado no es imposible, de lo contrario no se llamaría así. Es una circunstancia que se considera poco probable, pero hay contextos en los que uno no puede permitirse el lujo de dejar nada al azar. En la Fórmula 1, este enfoque es una parte integral de muchas actividades, y no es sorprendente que este sea un mundo altamente tecnológico.

Sin embargo, el método no se detiene solo en los aspectos técnicos, sino que es una parte integral de la filosofía de los equipos y, sobre todo, de los mejores equipos. La regla también se aplica al mercado de pilotos, un contexto en el que está prohibido quedar desprevenido, y es por eso que incluso cuando todo parece destinado a permanecer como está, todo se mueve.

Los tres grandes equipos tendrían un futuro asegurado, en materia de sus alineaciones por lo menos hasta 2020. En los lugares que cuentan, a saber, Mercedes, Ferrari y Red Bull, solo dos asientos esperan confirmación en vista de la próxima temporada: Valtteri Bottas, quien desde que llegó a Mercedes siempre ha logrado una renovación de solo un año, y Pierre Gasly , comprometido a convencer a Helmut Marko para que reclame la apuesta realizada por el técnico austriaco.

Sin embargo, la historia de la Fórmula 1, sin ir demasiado atrás en el tiempo, nos enseña que los contratos no siempre garantizan la certeza de una relación. Piense en 2014, cuando se produjo el divorcio entre Fernando Alonso y Ferrari, un terremoto que provocó la llegada de Sebastian Vettel a Maranello y la promoción de Daniil Kvyat en su lugar en Red Bull.

También hubo una conmoción menos tumultuosa a finales de 2016, con el retiro del campeón del mundo Nico Rosberg, quien obligó a los de Mercedes (sorprendidos) a refugiarse en los primeros días de diciembre al llamar a Bottas, del cual ya tenían la 'tarjeta'.
El imperativo es siempre y solo uno: tener un piloto a la vista en caso de necesidad, y es por eso que lejos (muy lejos) de los focos, algo siempre se mueve. Una pista es suficiente para crear un contexto, a veces con un fondo de verdad, a veces a favor de alguien, a veces de pura fantasía.

Ayer, algunos medios de comunicación han reanudado la indiscreción de un periodista británico según el cuál Vettel está considerando la posibilidad de dejar la Fórmula 1 al final de la temporada, y dado que es el tándem Ferrari-Vettel, la noticia obviamente toma mucha importancia.

Es imposible (esta vez realmente lo es) que los directamente involucrados digan algo al respecto. Lo que es menos imposible es que un movimiento de contraataque esté listo en Maranello en caso de que se confirme un evento inesperado, poco probable, pero no imposible. El elemento básico de Ferrari es, de hecho, Charles Leclerc, vinculado al Cavallino a largo plazo, y está decidido a construir una carrera que, de hecho, es solo el principio.

Una situación diferente a la de Vettel, y es aquí donde se encuentran los ingredientes para una historia poco probable, pero no imposible. Porque Seb ya tiene una carrera prestigiosa y, por quinto año consecutivo, un escenario bien conocido vuelve a tomar forma.
Vettel está muy apegado a Ferrari, y daría todo para dejar una huella profunda en la historia de Cavallino, un camino que Seb conoce muy bien después de haberse alimentado durante años con lecturas sobre la historia de Fórmula 1.

Pero el Campeonato del Mundo continúa por muchas razones diferentes, fuera de su alcancé, una persecución persistente que algún rastro de desgaste termina inevitablemente dejándo. Sin embargo, hay un nuevo aspecto en el 2019 de Vettel, y es la confrontación interna con el joven compañero de equipo.

Después de cuatro temporadas en las que la convivencia con Raikkonen donde las jerarquías eran muy claras (dictadas por la pista), este año el aire es diferente. Todos los números están a favor de Seb: 25 puntos por delante en la clasificación, 3 podios contra 1, 5 a 1 en la clasificación, aunque hubo muchas variables aquí, y la única pole del equipo fue llevado a casa por Leclerc.

Pero un piloto, y aún más un Campeón del Mundo, entiende de antemano la dirección del viento, y es probablemente por esta razón que Vettel al final del Gran Premio de Mónaco no estaba tan feliz por un lugar de honor (la mejor colocación hasta ahora lograda por Ferrari en el campeonato actual, sin embargo positiva.

Tal vez en la cabeza de Seb no solo haya dudas relacionadas con la competitividad del SF90, sino algo más, preguntas de mayor alcance que una clasificación del Campeonato del Mundo que no es la esperada a principios de año.
Las preguntas buscan respuestas y los veredictos que surgirán de las próximas carreras podrían arrojar luz sobre una situación compleja.

Si Vettel encuentra el camino al éxito, el escenario cambiará a su favor, incluso si las victorias no están lo suficientemente confirmadas como para reabrir las esperanzas mundiales en una clasificación difícil. Vamos a recrear el hábitat en el que vivió sus primeros cuatro años de rojo, donde aún era el líder, incluso en el equipo número dos. Si, por el contrario, la rueda girara a favor de Leclerc, el escenario se volvería sin precedentes, y ante situaciones nuevas no es imposible (pero siempre improbable) que lleguen nuevas opciones.