Cuando un piloto dice “No idea. Honestly, no idea” después de una quali, sabes que el sábado no fue nada amable. Y ese fue el caso de Lando Norris, que terminó sexto en la parrilla del GP de Bahréin, mientras su compañero Oscar Piastri celebraba su segunda pole del año. Sí, el chico nuevo lo volvió a hacer.
Norris cometió un error en su último intento en la Q3 y no pudo mejorar su tiempo. Lo curioso (y doloroso para los fans del británico) es que incluso sin ese fallo, Piastri parecía inalcanzable. Karun Chandhok fue claro: “Lando ha estado detrás desde los libres 2”. Así de simple.
Más allá del tiempo perdido en el primer sector, el problema parece más mental que técnico. Lo dijo bien Naomi Schiff: “Puedes entender por qué está desmotivado. Su compañero está en la pole y él a tres décimas en el primer sector... ya era una batalla perdida.”
Lo más duro para Norris es que el discurso suena a resignación: “Es solo otro día. Veremos por qué tuve tantas dificultades y lo intentaremos de nuevo mañana.” Frases que duelen más que un trompo en la curva 1.
Para un equipo como McLaren, que apuntaba a un posible 1-2, terminar con uno en la pole y el otro en sexta posición es una mezcla de champán y agua con gas. Y si Max Verstappen está justo detrás de Norris en la parrilla… mejor que se abrochen los cinturones.
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