No es un nombre al azar, el ex piloto austriaco, quien después de ser gerente de pilotos (trabajando con Gerhard Berger y Karl Wendlinger), fundó un equipo F3 y F3000 llamado RSM Marko. En los últimos años de la actividad del equipo, Marko obtuvo el patrocinio del grupo Red Bull de su amigo Dieter Mateschitz y el equipo corrió como Red Bull Junior Team, un nombre que luego encontraremos como identificación del programa juvenil.
El RBJT (acrónimo de la Academia) ha inscrito a 85 pilotos, pasando por varias etapas y métodos de trabajo. En las temporadas 2006 y 2007 hubo 20 (por cada año) los pilotos manejados por Marko, un efecto de la gran competencia que existía en ese momento entre los muchos programas dedicados a los jóvenes, financiados por Renault, Toyota, BMW, Honda y McLaren.
Red Bull fue muy agresivo en su política, asignando un gran presupuesto también destinado a proporcionar 'materia prima' para el proyecto Toro Rosso, el ex Minardi, comprado por Red Bull para tener dos volantes que se asignarán a los jóvenes que merecen hacer su debut en la Fórmula 1 .
Los primeros años en el frente de identificación de talentos, el programa de Marko no confirmó una gran sensación de talento. Una generación de pilotos talentosos surgió del karting, como Lewis Hamilton, Nico Rosberg y Robert Kubica, pero todos escaparon del radar del RBJT, que de hecho carecía de lo que luego se definió como un baby boom. Luego llegó el acuerdo con Vettel, un pasaje destinado a cambiar drásticamente la percepción y la credibilidad del proyecto.
Sin embargo, Seb no era un piloto 100% de Red Bull, sino que era una operación de gestión conjunta con BMW, que tenía la mitad de la etiqueta del joven alemán.
Y fue de hecho con BMW que Vettel hizo su debut en la Fórmula 1 (GP USA 2017), pero al final de esa temporada, el entonces director del equipo, Mario Theissen, prefirió confirmar al más experimentado Nick Heidfeld, renunciando así a la pareja Vettel-Kubica, porque se considera demasiado joven.
Un rechazo que luego resultó ser un gran golpe de suerte para Vettel (el BMW cerró el negocio en 2009) que se encontró en Toro Rosso como un joven destacado. En el lugar correcto en el momento correcto, y el impresionante crecimiento de Seb (que sorprendió al mundo con la historia de Monza 2008 con Toro Rosso) dio gran credibilidad al proyecto de Marko.
Antes de la llegada de Vettel, solo dos pilotos de la guardería habían sido promovidos a la Fórmula 1, Christian Klien y Vitantonio Liuzzi, pero no respetaron las altas expectativas de Marko y fueron excluidos. Liuzzi se convirtió en uno de los casos muy raros (además de Vitantonio, solo Carlos Sainz tuvo éxito, los antes mencionados no continuaron su carrera en la Fórmula 1 después de su despedida de Red Bull.
Han pasado seis años desde la primera victoria de Vettel hasta el siguiente producto junior. Durante cinco temporadas (de 2009 a 2013) Red Bull confirmó el tándem Vettel-Webber en el equipo de referencia, cerrando así el camino para los juniors de Toro Rosso para brillar. El retiro del australiano le ofreció a Daniel Ricciardo la gran oportunidad, que no tardó mucho en ganar su primera carrera (Gran Premio de Canadá de 2014), considerado por muchos expertos como el primer éxito real de un joven que creció al 100% cien en la guardería de Marko.
Después de la hazaña de Ricciardo, el momento de Daniil Kvyat llegó en 2015, llamado a reemplazar a Vettel después de su transición a Ferrari. El ruso confirmó su altura, pero mientras Kvyat se enfrentó a su compañero Ricciardo, un terremoto tomó forma debajo de él: la llegada de Max Verstappen. El holandés se convirtió en la gran apuesta de Marko en unas pocas semanas, dado que solo cuatro meses después de ponerlo bajo contrato le permitió correr en el FP1 del Gran Premio de Japón de 2015 su primera prueba de Fórmula 1 al volante del Toro Rosso.
De hecho, la operación Verstappen fue un riesgo considerable, pero destinado a convertirse en el éxito a corto plazo de la década, una gran intuición de exploración que no necesitaba el proceso de crecimiento en la Academia.
A Marko se le atribuye el mérito (y el coraje) de haber enviado a un menor al debut del campeonato mundial en la Fórmula 1, una elección que nadie más hubiera hecho en el paddock. Sin embargo, la apuesta valió la pena, dando nueva vida a la credibilidad del gerente austriaco.
Durante veinte temporadas, el equipo Red Bull Junior ha seleccionado ochenta y cinco pilotos, financiando 188 temporadas en las categorías menores. A este ítem de costo debe agregarse el presupuesto para la gestión de Toro Rosso, que desde que existe ha acogido a trece jóvenes de la guardería, promoviendo a seis de ellos en el equipo de Red Bull. Desde el punto de vista económico, no es una relación favorable, ya que Ron Dennis y Lewis Hamilton (que golpearon el centro con un solo disparo) eligieron en ese momento, y podría objetarse que con los gastos generales asignados por el grupo Red Bull para la preparación de sus jóvenes, habría sido posible pagar el salario a un piloto superior establecido cada año.
Pero la estrategia debe enmarcarse en la comercialización de una empresa (aquí estamos hablando del grupo que produce bebidas energéticas) que se dirige principalmente a un público muy joven, un objetivo muy importante para la empresa de Dieter Mateschitz. Una evaluación que no puede ignorarse para justificar la inversión en su conjunto. El saldo de los veinte años de actividad no puede tener en cuenta solo los objetivos deportivos (aquí, de hecho, tendríamos que discutir), sino también el valor en términos de imagen y marketing que se encuentra a nivel mundial en este período.
La actividad del equipo junior en dos décadas ha dado un sueño a docenas de jóvenes que en muchos casos no habrían tenido los recursos económicos para estar en la pista en las categorías menores. Con esto en mente, el vivero de Red Bull ha sido una fuente increíble de oportunidades, que también ha garantizado importantes fondos en el contexto de las fórmulas preparatorias.
Obviamente, los sueños tuvieron un final feliz solo para una pequeña parte de los candidatos y las historias que terminaron con un rechazo definitivamente son mayoría. Pero no podría ser de otra manera: la selección es muy estricta en todos los programas junior. El 'método de Marko' ha sido juzgado a veces agresivo, con decisiones que desde el exterior parecían ser 'panza' y seguidas de cierta controversia.
El padre de un piloto, que hace años fue techazado con una llamada telefónica nocturna no parece un caso aislado, comentó con una frase que permaneció viva en el paddock: "Red Bull te rompió las alas", es decir, Red Bull te rompe las alas, refiriéndose al eslogan publicitario utilizado por la empresa para promocionar sus productos..La decepción de un padre que ve fallar a su hijo es comprensible, e incluso si en algunas ocasiones las elecciones de Marko parecían cuestionables, al final los resultados cuentan.
Siete de los veinte pilotos que componen la parrilla de salida de Fórmula 1 hoy son (o han sido) conductores de la academia de Red Bull. Estas son cifras importantes, e incluso si aquellos que desean reducir el papel de Marko argumentan que con las inversiones realizadas, estos no son excelentes resultados (de 85 pilotos, un campeón mundial y tres ganadores de Gran Premio pueden considerarse objetivos comunes).
Pero estos son los hallazgos que han permitido que el programa alcance su vigésima temporada de actividad, siempre con mucha carne en llamas, dado que hoy hay nueve 'juniors' en la 'cartera' de Marko. La entrada en el programa RBJT es, sin duda, una excelente oferta para los pilotos jóvenes que no tienen los fondos para planificar una ruta de crecimiento independiente.
La vinculación con Red Bull resuelve el problema del presupuesto y coloca a un conductor frente a un camino en etapas que (si se logran los objetivos) conducen directamente a la Fórmula 1. Sobre la mesa, un piloto delega a Marko para tomar decisiones de carrera, pero él es un sacrificio que vale la pena el beneficio. En algunos casos, los pilotos se han gestionado de forma "antigua" con cambios repentinos de categoría o debuts de "cero km", lo que ha generado dudas sobre las estrategias.
Pero así es, tómalo o déjalo, y básicamente ningún joven se ha visto obligado a tomar este camino. Lo que se requiere es simple: siempre da lo mejor de ti y confirma que mereces una oportunidad. Aquellos que experimentan una caída corren el riesgo de cortar, sin previo aviso o justificaciones, como sucedió también con Alexander Albon a fines de 2012. Una temporada desafortunada en la Fórmula Renault (en un equipo al comienzo) y aquí está el rechazo, que se convierte en una marca muy difícil de ser despegue, un obstáculo que hace que sea muy difícil encontrar nuevos soportes. ¿A quién le gustaría financiar la carrera de un 'fracasado'?.
Pero la historia de Albon era diferente, porque seis años después (mientras tanto Alexander había tenido éxito en el negocio de los monoplazas) convenció a Marko de que nos había visto mal, y debe reconocerse que el Sr. Helmut había dejado de lado el orgullo dando un paso atrás. Una historia similar a la de los pescadores Kvyat y Hartley, quienes habían inaugurado el período de las dudas de Marko poco antes. Por lo tanto, nunca digas nunca, sin embargo, la Fórmula 1 solo tiene 20 pilotos en el mundo, y nadie puede engañarse a sí mismos de que ingresar al paddock más codiciado del mundo es una caminata. Sin dificultades, no hay milagros.
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