Mientras el sol empieza a calentar el asfalto de Sakhir, el paddock de la Fórmula 1 se sacude con una declaración cargada de ambición: Andrea Stella, jefe de McLaren, no se anda con rodeos y asegura que su monoplaza sigue siendo "el mejor coche" de la parrilla.
Aunque en Japón la victoria se escapó entre los dedos, Stella ve el vaso medio lleno, o más bien, medio lleno de octanaje: "Ojalá que en Baréin los neumáticos se desgasten más," comentó con una sonrisa casi desafiante. ¿Estrategia o deseo sincero? Lo cierto es que McLaren apunta a convertir el desgaste ajeno en su arma secreta.
Objetivo: consistencia de campeonato
Stella fue claro: “No se trata solo de ganar carreras, sino de mantenerse firme en cada Gran Premio.” Su visión es clara y metódica: si no puedes ganar, asegura el podio. Y si encadenas suficientes podios… bueno, que se prepare el trofeo.
Lando Norris y Oscar Piastri no subieron a lo más alto en Suzuka, pero dejaron claro que el auto tiene ritmo. La clave, según el propio Stella, está en la gestión de carrera y el aprendizaje constante en esta “fase de transición” en la que se encuentra el equipo.
¿Y el resto de la parrilla?
Red Bull sigue siendo el rival a batir, mientras que Ferrari y Mercedes muestran destellos de velocidad, pero con interrogantes. Sauber, por su parte, genera más esperanzas que certezas, y los novatos del viernes prometen agitar las aguas (o al menos los sensores de telemetría).
Con el GP de Baréin a la vuelta de la esquina, las cartas están sobre la mesa. Y McLaren, al parecer, quiere jugar con las apuestas altas.
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