Lewis Hamilton volvió a vivir una jornada gris en clasificación. Esta vez, el golpe llegó desde el desierto de Bahréin, donde el siete veces campeón del mundo se quedó corto… otra vez.
El británico partirá noveno este domingo, mientras su compañero de equipo (perdón, ahora excompañero espiritual), Charles Leclerc, saldrá desde la tercera posición. Más de seis décimas separaron a ambos Ferrari, una diferencia brutal para alguien con el currículum de Lewis.
Y el propio Hamilton no se escondió. Por la radio sonó casi con resignación:
“Lo siento chicos… de verdad, lo siento.”
Luego, en declaraciones a Sky Sports, fue directo y sin anestesia:
“No hay excusas. Simplemente no estoy haciendo el trabajo.”
Ya con 40 años, Hamilton sigue buscando respuestas a un problema que lo acompaña casi religiosamente cada sábado. En 2024, perdió el duelo de clasificación con Russell 19 a 5, y los fantasmas siguen presentes en 2025. Hasta ahora, solo ha superado a Leclerc en China… aunque ojo, allí también brilló al quedarse con la pole en la clasificación sprint y luego ganar la carrera corta. Algo de chispa le queda.
¿Qué le pasa a Lewis?
Las teorías abundan:
¿Mercedes lo relegó por su fichaje con Ferrari?
¿Se desconectó emocionalmente del equipo antes de tiempo?
¿Leclerc lo tiene contra las cuerdas desde el primer test?
Lo cierto es que, hoy por hoy, el Hamilton que aplastaba sábados está extraviado. Su talento es indiscutible, pero el reloj no miente. Y los sábados, el cronómetro es un juez implacable.
¿Será solo un bache más o el inicio de una retirada silenciosa? Por ahora, Lewis sigue en pista, buscando respuestas, mientras el paddock murmura lo que nadie se atreve a decir en voz alta: el rey está tambaleando.
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