Red Bull, la máquina de las paradas ultra rápidas, vio su imbatibilidad puesta a prueba en el GP de Bahréin. Durante las primeras cuatro rondas del campeonato, el equipo de Milton Keynes vio cómo Ferrari les robaba el título de equipo más rápido en boxes.
Pero lo peor llegó cuando los semáforos de las paradas en boxes no hicieron su trabajo, y Verstappen y Tsunoda perdieron más que segundos: posiciones clave.
Christian Horner, director del equipo, explicó que no hubo errores humanos, sino un fallo técnico. Según Horner, todo se redujo a un problema eléctrico: “Al principio pensamos que uno de los ingenieros no presionó el botón con suficiente fuerza, pero luego pasó de nuevo, así que cambiamos a control manual y un jefe de mecánicos liberó el coche.” El verdadero culpable, un mal funcionamiento en el cableado de los semáforos, dejó a los pilotos atrapados bajo luces intermitentes, impidiendo que reiniciaran su carrera a tiempo.
Aunque las paradas fueron rápidas —una de ellas en solo 2 segundos—, el sistema no dio verde y eso los mantuvo fuera de ritmo. Red Bull, como siempre, aprenderá de este tropiezo y seguramente se asegurará de que no se repita en las siguientes etapas del campeonato. Pero ¿será suficiente para mantener su dominio en las paradas?
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