Alfa Romeo Racing no será un coche hermano de Ferrari, como el Haas diseñado en Maranello por Simone Resta y construido en Dallara. El equipo con sede en Hinwil está aflojando sus lazos con el Cavallino Rampante, buscando una mayor autonomía de su proyecto que le devuelva a ser un verdadero constructor.
Para esto el equipo no usará la caja de cambios y la suspensión trasera de Maranello, sino la unidad de potencia.
La noticia, que es algo sorprendente, pone de manifiesto la línea técnica que el director del equipo, Fredric Vasseur, ha querido dar a la estructura suiza, cada vez menos dependiente de Ferrari. Es fácil predecir que el Alfa Romeo será un coche diferente del 674 en la Gestione Sportiva.
El monoplaza de efecto suelo diseñado por Jan Monchaux tendrá, por tanto, una aproximación a la nueva normativa con una filosofía muy alejada de la del Cavallino Rampante: según los primeros rumores, el coche suizo que pilotarán Valtteri Bottas y Guanyu Zhou tendrá una distancia entre ejes más corta que el coche rojo y un esquema de suspensión que no utilizará el mismo pull-rod trasero que Ferrari. Con su propia caja de carbono, es posible desarrollar conceptos aerodinámicos autónomos.
Alfa Romeo ha dejado abierta la posibilidad de decidirse por un coche que se adapte fácilmente a las necesidades que surjan en la pista, posiblemente modificando la distancia entre ejes durante el desarrollo para avanzar en la dirección de la mejor solución. Los ingenieros de Sauber han decidido proceder con sus diseños, siguiendo también una línea aerodinámica de la casa que debería llevar a mantener los paquetes radiantes colocados por encima del motor del Superfast para tener unos laterales más bien delgados y largos por encima de los túneles Venturi.
Alfa Romeo Racing, por tanto, busca su propia autonomía en sus elecciones, lo que sugiere que la estructura con sede en Zúrich quiere hacerse atractiva en un mercado que también se está abriendo a otros fabricantes de motores que llegan.
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