Los problemas de Ferrari no tienen fin

Viendo lo ocurrido hoy en Monza, en Maranello tienen que agradecer su suerte. El Gran Premio de Fórmula 1 de Monza fue un calvario total para Ferrari, siempre atrás con ambos pilotos totalmente incapaces de adelantar. El accidente de Leclerc tras la reanudación desde la bandera roja es la fotocopia exacta de los muchos errores cometidos por Vettel en el pasado: cuando el piloto supera el límite, Ferrari no perdona y acaba en la vía de escape, con un golpe de más de 200 k/h contra las barreras.
Coche destrozado y conductor que da un suspiro de alivio, pero comenta por radio la extrema dificultad de controlar un coche que parece tener fugas por todos lados. No demos la vuelta, la coartada "mala y fea" de la FIA que debilitó el motor y arruinó la temporada roja ya no se sostiene: el chasis nunca ha sido el punto fuerte, carece de carga aerodinámica, el coche es inestable y otros Ferrari empiezan a estar peligrosamente cerca de los monoplazas de Maranello, si no delante como Alfa Romeo.

Durante dos años Vettel ha subrayado la inestabilidad del coche, dos años que técnicos y aficionados han respondido con sonrisas de circunstancia y bromas sobre la tendencia del alemán a cometer errores. Vettel cometió errores y no lo negamos, pero es igualmente innegable que a Leclerc también le está empezando a pasar lo mismo.
Conducir un coche "sin ambiciones", meterse en la cabina sabiendo que estás esperando llegar a la Q2 como cualquier Williams o Haas (máximo respeto por ambos equipos), es descorazonador, pero es aún más descorazonador saber cómo intentas empujar un poco más, el golpe contra las barreras está a la vuelta de la esquina.

Si bien es cierto que es parte del juego ir y quitar la carga para recuperar la velocidad máxima faltante, debes tener cuidado de no exagerar porque de lo contrario conducir se vuelve peligroso. Aparte del accidente de Leclerc, centrémonos en la causa de la retirada de Sebastian Vettel: problema con el freno trasero izquierdo. El Ferrari número 5 salió de la variante Ascari con un evidente inicio de fuego en la parte trasera izquierda, luego se dirigió directamente al final de la recta principal con el aplastamiento de las barreras (afortunadamente en poliestireno), configurado para obligar a los conductores a zigzaguear en caso de recta a la primera variante.

¿Qué hubiera pasado si Vettel se hubiera encontrado sin frenos al frenar la Parabolica?. Todos contuvimos la respiración por el estallido de Leclerc, que se produjo a más de 200k/h, pero ¿cómo habría ido si el número 5, que se había vuelto ingobernable, se hubiera deslizado directamente hacia las barreras?. Además del mero resultado deportivo, es innegable que correr con la idea de que se puede romper una toma de aire de los frenos es aún más complicado.

Los dirigentes de Maranello se niegan a hablar de la crisis, siguen predicando cautela y culpan al congelamiento del desarrollo, pero nunca más que hoy hay que agradecer a la suerte por haber registrado dos retiradas sin consecuencias para los pilotos. La colisión de Leclerc fue terrible, una coalición hipotética de Vettel, francamente, es mejor ni pensar en eso.