Al igual que Fernando Alonso antes que él, fracasó. Volvemos sobre sus cinco temporadas en rojo hasta el momento, lo que lo ha llevado a obtener un récord singular: con 14 éxitos bajo la bandera de Cavallino Vettel se convirtió en el piloto con más victorias obtenidas para un equipo con el que no se graduó campeón.
2015 fue la temporada de debut del alemán en Ferrari. El primer éxito, que interrumpe un ayuno de más de un año tanto para él como para el equipo, llega en Malasia en la segunda carrera. El SF15-T no es un auto para el título, pero Vettel llega a las vacaciones de verano con solo 42 puntos detrás de Hamilton y 21 puntos detrás de Nico Rosberg.
Hay tres victorias al final del año, con 13 podios, un resultado que nunca mejorará en los años siguientes. En el mundial es tercero, luego de poner en grave peligro el lugar de honor de Nico Rosberg. En 2016 las expectativas para la temporada son muy guerreras. Ferrari y Vettel señalan abiertamente el título.
Sin embargo, el sueño dura la mitad del espacio, el de Melbourne. La avería del motor en la vuelta de reconocimiento en Bahrein es el preludio de un campeonato de pesadilla. El saldo final es cero victorias, siete podios y cuatro retiros. No hay falta de mala suerte, como cuando en Rusia es golpeado tres veces por Daniil Kvyat, ni las estrategias equivocadas del equipo, en todo el GP de España. Pero también hay errores graves de su parte, como al comienzo del GP de Malasia cuando choca con Nico Rosberg en la primera curva.
Los Números del 2017 marcan la mejor temporada de Vettel en Ferrari: el SF70H se desarrolla con una filosofía de distancia entre ejes corta, opuesta a la de Mercedes, y en circuitos tortuosos vuela. Vettel lidera el campeonato durante la mitad de la temporada y al final de la misma habrá cinco victorias y 13 podios nuevamente. La rueda de Bakú recortada en Hamilton es el signo de un nerviosismo inesperado para muchos, pero el sueño del campeonato mundial está vivo y parece realmente posible después de la clasificación de Singapur el sábado, con él primero y Hamilton quinto en la parrilla.
La carambola al comienzo de la carrera, en parte debido a la mala suerte y en parte a la excesiva agresividad de Vettel, marca el principio del fin. En Malasia y Japón, los problemas de confiabilidad de Ferrari lo atacan, evitando que aproveche al máximo dos carreras lideradas por un fenómeno en el que podría haber reconciliado la brecha con Hamilton.
El campeonato de 2018 comienza a lo grande con dos victorias de Vettel, la segunda en Bahrein es una obra maestra de manejo de neumáticos, y la sensación nunca es tan fuerte de que Mercedes pueda ser vencido. El éxito de Silverstone parece ser la guinda del pastel, pero en realidad el cielo en el horizonte está oscuro. La desaparición de Sergio Marchionne desestabiliza el medio ambiente y el accidente de Seb en Alemania, bajo la lluvia, revierte por completo la dinámica del campeonato, transformándolo de liebre en perseguidor.
Anteriormente, un par de errores ya habían llegado a Bakú, comenzando detrás del Safety Car y a Paul Ricard. La última parte de la temporada es muy difícil: Vettel se ve obligado a forzar y falla repetidamente, terminando girando en Monza, Suzuka y Austin. Las victorias siguen siendo cinco, los podios caen a 12.
Las pruebas engañan, pero unas pocas carreras son suficientes para entender que Mercedes es claramente más fuerte en la temporada 2019. El giro de Bahrein provoca críticas y destaca la peligrosa competitividad del nuevo compañero de equipo, Charles Leclerc. La rivalidad entre Vettel y el monegasco crece carrera tras carrera y Monza se convierte en el punto más bajo de su aventura en rojo, con otro trompo el día del triunfo del joven compañero.
La resurrección llega a Singapur, favorecida por la estrategia pero también por sus vueltas récord con pista libre por delante. En Sochi, su primera parte de la carrera es perfecta y parece ser capaz de llevarlo a un nuevo éxito, pero primero la estrategia del equipo que quiere poner a Leclerc nuevamente al frente y luego un problema electrónico hace que sus esperanzas se desvanezcan. El accidente de Interlagos se convierte en el resumen de un campeonato para olvidar.
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