La incertidumbre sobre la fecha de inicio, suponiendo que la haya, del Campeonato Mundial 2020 afecta el momento y la decisión de Valentino Rossi con respecto a su futuro, que sin embargo lo verá abandonar al equipo oficial de Yamaha: Un año sin podios es difícil de digerir, es la ley del deporte. Pero es una temporada sin carreras o, en cualquier caso, decididamente deslucida, que en cambio no es del todo buena, especialmente si te llamas Valentino Rossi y este podría ser tu último año en MotoGP.
En este momento surrealista para todo el mundo. Rossi se estremece, si no más que todos los demás, para volver a hacer lo que ha estado haciendo muy bien durante toda su vida: correr en moto. Entonces, a medida que pasan los días uno tras otro e inevitablemente, las diversas carreras del calendario mundial se posponen a quién sabe cuándo, encerrado en su villa a las puertas de Tavullia, Valentino intenta imaginar el futuro.
No tanto que, aunque todavía es totalmente incierto en el momento, de cuándo el 2020 del MotoGP finalmente se separará de los bloques de partida, sino más bien qué hacer en 2021, cuanto más tiempo pasa, más claro parece que una salida de la escena de Valentino al final de una temporada de este tipo sería lo más equivocado que podría haber.
En primer lugar, solo para Rossi, por supuesto, el Peter Pan de dos ruedas que a los 41 años de edad solo ha seguido teniendo una fe inquebrantable en sí mismo y ha trabajado más y más para seguir compitiendo al más alto nivel posible. Entonces, para la Copa del Mundo, que en un momento tan complicado y duro de su existencia también sufriría económicamente de la despedida de lo que ha sido su estrella absoluta e indiscutible durante veinte años.
Pero sobre todo para los fanáticos, que en estos veinte años de triunfo se han expandido convirtiéndose en una mancha amarilla que colorea las gradas de todo el mundo, y que tampoco merecerían una caída en la cortina. Forzar a los fanáticos a decir adiós a Rossi sin haber tenido el placer de verlo correr por última vez, sería la peor manera de cerrar lo que quizás sea la historia más extraordinaria jamás escrita por el Campeonato Mundial.
Una historia que, sin embargo, si continúa, ya no tendrá los colores del equipo interno de Yamaha, dado que el próximo año, el francés Fabio Quartararo estará junto a Maverick Vinales. Un cambio que tendrá lugar independientemente de si corremos o no en 2020. Si en los últimos días Razlan Razali había tratado de probar la posibilidad de quedarse con el francés en 2021 también, si esta temporada no comienza de nuevo los planes futuros no cambian, pero para Valentino, sin embargo, una Yamaha siempre estará allí.
Si Rossi en el invierno había declarado que quería esperar a más tardar a principios del verano para decidir su futuro, es la parada para que el coronavirus haya cambiado por completo los programas. Si comienza de nuevo, los tiempos necesariamente estarán muy comprimidos y Valentino no tendrá mucho tiempo para decidir. Un discurso que obviamente también se aplica a Petronas, llamado a elegir el reemplazo de Quartararo.
Y si hay que decir que sería difícil, si no imposible, resistir la hipótesis de Rossi. En los últimos días, el propio Razali habría sugerido diferentes escenarios. Pero si Rossi decide seguir adelante, un Petronas será suyo. Yamaha lo impondrá, Carmelo Ezpeleta, el gran jefe de Dorna que necesitará el peso deportivo de Valentino, lo exigirá, si los fanáticos de todo el mundo lo merecen. Y será correcto.
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