Y admitimos que el gerente austriaco está harto de la interferencia continua del presidente de Daimler AG y decide convertirse en el CEO de Aston Martin, siguiendo a su amigo Lawrence Stroll en el rescate de la prestigiosa marca británica, que ha alcanzado un umbral de cierre final.
El vínculo entre los dos fue inmediatamente empático, pero solo fue soldado después de la desaparición de Niki Lauda, quien dejó un gran vacío en el alma de Toto. Y Lawrence ha podido construir un fuerte vínculo que no fue generado solo por dinero, por la gran disponibilidad económica del canadiense (según Forbes, 2.600 millones de dólares).
Dad Stroll (que en realidad se llama Lawrence Sheldon Strulovitch) es un emprendedor muy hábil con un toque comercial, al igual que Wolff. Los 60 años, norteamericano por adopción, ciertamente no son del tipo que realiza inversiones no reembolsables después de crear un imperio en el mundo de la moda. Toto Wolff siempre ha vivido como una espina en el costado el hecho de que Ferrari había ido más allá de la colaboración habitual con un equipo de clientes con el nacimiento de Haas.
El equipo estadounidense hábilmente administrado por Gunther Steiner, ha explotado los conocimientos del Departamento de Carreras de Cavallino para ingresar a la F1 sin los costos de la estructura de un constructor, utilizando la fábrica Dallara en Varano de ’Melegari.
Y el austriaco quería llevar el concepto de Haas al extremo con Racing Point, evitando la idea de la copia del monoplaza, para llegar al concepto del clon.
El RP20 tiene la unidad de potencia y una caja de cambios 2020 del equipo alemán, pero para todo lo demás es un Mercedes rosa, una nueva versión del campeón mundial W10. Racing Point dejó de ir a la galería Toyota en Colonia y fue alojado en la galería Brackley Mercedes, es decir, en el túnel de viento en el que se desarrolló el W10 el año pasado y del que, por lo tanto, conocemos todos los aditamentos aerodinámicos.
El equipo de Stroll, por lo tanto, se convierte en un gran aliado de Mercedes y, a cambio, puede beneficiarse de importantes apoyos del líder del campeonato mundial. Toto posee el 33% de las acciones de Brackley, pero si dejara la Estrella se llenaría los bolsillos con millones de euros, pero incluso ir a Aston Martin (que le dará el nombre a Racing Point en 2021) no estará seguro de garantizar el apoyo que brinda hoy al equipo de Silverstone, especialmente si la ruptura con Kallenius fue tan profunda, como alguien dice.
Está claro que el juego sería perdedor y no hay ninguna razón por la cual Wolff deba reposicionarse en un área mucho más pequeña cuando lidere al equipo que hizo historia en la F1. El escenario sería diferente si Mercedes se fuera, vendiendo la participación mayoritaria para abandonar la F1 después de haber acumulado la racha ganadora más larga de 70 años.
La crisis resultante de la pandemia de Coronavirus podría facilitar estas opciones, pero en Daimler AG la presencia en F1 cuesta cada vez menos y la necesidad de extender la regulación actual hasta 2021 al comenzar el límite presupuestario de 175 millones de euros, ofrece las condiciones ideal para permanecer en el circo y cosechar, desde el principio, un retorno inconmensurable de la imagen en comparación con la inversión.
Por lo tanto, no hay una razón válida por la que Toto deba dejar un trono en el que está sentado. Por el contrario, sería más lógico preguntar qué está preparando, ya que Wolff es sin duda el gerente de equipo más preparado y capaz en el paddock ...
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