Lo hemos pensado y lo hemos dicho varias veces. Charles Leclerc se enfrentó en 2019 también con el objetivo de tomar Ferrari, hacerse suyo, catalizando el interés y los recursos del equipo, en resumen, de querer ser tratado como primer piloto.
Las excelentes actuaciones, las dos hermosas victorias y la pole para algo le sirvieron bien, si es cierto que el monegasco parece haber ganado el mismo trato en la pista que el múltiple campeón mundial Vettel. El director del equipo, Mattia Binotto, en la reunión con la prensa a fin de año, aclara definitivamente el estado de los dos pilotos y anuncia la ahora clara igualdad de trato:
"La relación entre Charles y Seb es muy diferente de cómo se percibe afuera, funcionan bien juntos. Sin embargo, está claro que si a principios de 2019 habíamos establecido un orden preciso, con Vettel como primer piloto, también es cierto que durante la temporada las cosas han cambiado. En 2020, ambos comenzarán a la par y ambos querrán ganar, luego evaluaremos durante el campeonato quién estará mejor ubicado en la clasificación".
"Si se crean condiciones para apostar solo en uno de los dos, actuaremos en consecuencia. Pero son discursos prematuros, porque si tienen uno o dos puntos de diferencia en algunas carreras desde el final, los dejaremos libres para desafiarse mutuamente".
Pero lo que es importante subrayar, lo cual no es una conclusión inevitable, es que Binotto ha promovido oficialmente al joven Charles. Mientras hablaba de Vettel como piloto todavía en el centro del proyecto, el director del equipo enfatizó que Leclerc es el futuro y de una manera bastante transparente admitió que durante la temporada el equipo se dio cuenta de que no podían tratar al monegasco como segundo piloto.
También debemos saber leer entre líneas. Porque Ferrari finalmente le dio luz verde a Charles, sin tener que justificar de ninguna manera un posible tratamiento como primer piloto de los predestinados. Leclerc, que comenzó en 2019 con el trabajo de aprendiz de capitán, ya desde el GP de Bahrein se asomó por la ventana para entender que no aceptaba un papel subordinado. Y gradualmente ha crecido, convenciendo a Ferrari cada vez más para centrarse en él.
El alemán sigue siendo al menos en palabras el capitán de Ferrari, el corazón del proyecto, el hombre que puede enseñarle muchas cosas a Leclerc y que puede dirigir el desarrollo. Pero el alto riesgo, y lo decimos ahora con los motores apagados, es que con el contrato al vencimiento y con una alineación 2021 todo por escribir (el coqueteo con Hamilton está ahí, nadie sabe si florecerá en un verdadero amor). Sebastian vivo un año separado de su hogar, como un capitán desposeído en el altar del futuro, si no de la patria, si debe hacerlo a regañadientes desde el escudero hasta el "predestinado".
¿Recuerdas el año 1996 de Williams, con Damon Hill y el debutante Jaques Villeneuve?. El inglés ganó el campeonato luchando no poco, con un equipo que ya abrazaba a Jacques. Quizás Sebastian Vettel, consciente de la dinámica dentro del equipo mejor que nadie, se aferre a la historia.
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