Comenzaron a circular muchas dudas sobre el equipo liderado por Frédéric Vasseur ya en el verano del año pasado, con la desaparición del ex director gerente y presidente de la FCA, Ferrari, que lleva a más de unos pocos observadores a hablar sobre la desconexión de la marca Alfa Romeo.
Los proyectos que parecían ser capaces de terminar en la categoría de inferencias dado el buen comienzo del campeonato, pero que ahora vuelven a tocar las puertas de Hinwil como fantasmas de la pasada Navidad, dado el período. Tanto la resurrección de Interlagos resultó ser inexplicable, por lo que el fin de semana de los Emiratos es desconcertante.
El coche nunca ha competido desde el viernes, tanto como para inducir al propio Giovinazzi a expresar su desconcierto y el del equipo debido a la falta de ritmo. Además, el piloto de Pugliese ha crecido mucho después de las vacaciones de verano, casi poniéndose al nivel del compañero de equipo más exitoso y experimentado, Kimi Räikkönen.
Después de tantas actuaciones sólidas entre la primavera y principios del verano, parecía confundido y apático en algunos episodios de la temporada de otoño, tanto como para recordar ciertas actuaciones al límite de lo vergonzoso visto en su segunda ronda en Ferrari. La comparación entre el novato y el finlandés más experimentado termina cuarenta y tres a catorce para este último, aunque la tendencia indica curvas de crecimiento inversamente proporcionales.
La carrera en Abu Dhabi resultó ser una navegación lenta en la parte trasera para Giovinazzi. Un contacto con Kubica a mediados del Gran Premio, afortunadamente sin consecuencias. Räikkönen intentó al final acercarse a los puntos, sin tener éxito. Una tarea difícil, con un monoplaza que llega quizás demasiado pronto al final de su ciclo de desarrollo.
Demasiado fácil asociar la caída en el rendimiento con la partida de Simone Resta, quien regresó a Maranello. Y, sin embargo, no solo debe ser fruto del accidente que el crecimiento y el declive del antiguo equipo de Sauber coincidan con el interregno del ingeniero emiliano. Y ni siquiera se escapa un pensamiento retro que asocia la pérdida de rendimiento con una reducción de presupuesto, lo que afecta claramente la evolución técnica del automóvil.
Con una regulación al final de la carrera que no está destinada a cambiar un ápice en la próxima temporada, es difícil esperar saltos cuánticos en términos de competitividad. Sigue siendo un 2019 que, en palabras de Vasseur, vio al equipo crecer, aprender, luchar con coraje y lograr más puntos que 2018.
En una Serie Mundial B cada vez más competitiva, es un resultado que no debe subestimarse. Sin embargo, el futuro de Alfa Romeo Racing parece ser nebuloso, teniendo en cuenta que el equipo no parece ser realmente superior a sus competidores en ninguno de los departamentos que lo componen, desde los pilotos hacia abajo. Quizás solo desde el punto de vista del automovilismo, pero como enseña el proveedor, claramente no es suficiente.
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