Mercedes ha introducido una actualización agresiva de su diseño de rueda trasera en el Gran Premio de Bélgica, ya que puja para buscar más ganancias en su batalla con Ferrari.
Con poca separación entre los dos contendientes al campeonato mundial, Mercedes no ha escatimado esfuerzos para encontrar formas de mejorar el rendimiento, y las ruedas ahora están bajo su punto de mira.
Los ajustes en las ruedas traseras que han aparecido en Spa-Francorchamps apuntan tanto a la mejora aerodinámica como a una mejor gestión de la temperatura de los frenos y las llantas.
Con las temperaturas de los neumáticos como un elemento clave de rendimiento en estos días, los equipos han experimentado con crestas en sus bordes.
Como muestra la imagen de abajo del Red Bull RB13 del año pasado, el equipo con sede en Milton Keynes ha tenido una superficie acanalada en el exterior de sus bordes durante algún tiempo
La función principal de este diseño es actuar como un disipador de calor: a medida que más superficie hay en el automóvil, mayor es el potencial de enfriamiento.
Mercedes ha utilizado los disipadores de calor en el interior de sus llantas durante mucho tiempo, pero su movimiento en Bélgica ve al equipo introducir un conjunto agresivo de crestas alrededor del área exterior.
La rotación de estas crestas ayuda a atraer el flujo de aire a través de la rueda y alejar el aire caliente de los frenos y esa área del automóvil.
Una ventaja de esto es que debería ayudar con el manejo de las temperaturas de los neumáticos traseros, algo que ha sido un área crítica de rendimiento para el equipo en 2018.
Los primeros indicios de la práctica del viernes en el GP de Bélgica sugieren que Mercedes corre con temperaturas en los neumáticos traseros más bajas de lo normal, lo que sugiere que las llantas nuevas funcionan como se esperaba.
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