Hay ejemplos más que suficientes que habrían disuadido a Daniel Ricciardo de saltar a un equipo rival de F1
El piloto de carreras cambia a un equipo más lento. Voluntariamente. No es moneda común de Fórmula 1, pero no es desconocida.
Al igual que con la decisión de Fernando Alonso de saltear el Gran Premio de Mónaco 2017 para disputar las 500 millas de Indianápolis, las noticias de la deserción de Daniel Ricciardo a Renault fueron algo así como una delicadeza: una historia de 24 quilates que se rompió sin previo aviso. Sin fugas, sin murmullos, sin pistas. El anuncio tomó a todos por sorpresa, incluido el actual empresario de Red Bull. En una época en la que los fragmentos de sonido más triviales a menudo se transforman en "noticias", aquí había algo digno de un análisis maduro.
Paralelos pasados? Emerson Fittipaldi viene a la mente. Antes de la temporada de 1976, el brasileño renunció a un asiento en McLaren potencialmente ganador del título (fue) en favor de un lugar con el equipo de Copersucar-Fittipaldi de su hermano Wilson, con el que llegó a registrar dos podios en cinco temporadas.
El australiano ha forjado su reputación gracias al intuitivo juego de carreras, el juicio milimétrico perfecto y la capacidad de percibir la menor oportunidad.
Mientras estaba bajo contrato con Tyrrell, Jean Alesi aceptó famosos términos con Williams-Renault para 1991 ... luego permitió que heart gobierne la cabeza - y causó dolores de cabeza administrativos significativos - mediante la firma adicional de Ferrari. En el tiempo que le llevó anotar su única victoria en el Gran Premio (Canadá 1995), los pilotos de Williams-Renault acumularon 36 en total.
Poco más recientemente, Jacques Villeneuve renunció a Williams a fines de 1998 para compartir su suerte con el recién llegado British American Racing, pero el primero se encontraba en un período de relativo declive y el último mezcló recursos prometedores y sustanciales (aunque no ganaría). una carrera hasta que se transformó en Brawn GP, 10 años y varias fases de propiedad más tarde).
Cuando Lewis Hamilton dejó McLaren-Mercedes a finales de 2012, se alejaba de lo que era, en ese momento, una de las combinaciones más rápidas de chasis / motor para unirse a un equipo de medios significativos que había registrado solo una victoria en el anterior tres temporadas. Algunos pensaron que los miopes, pero tres títulos mundiales subsecuentes y 46 victorias GP sugieren lo contrario. McLaren no ha ganado una carrera en su ausencia, un detalle que nadie podría haber previsto. Compare su cambio estadístico con el de Alonso, que tuvo 32 victorias en su haber cuando dejó Ferrari para McLaren a fines de 2014 ... y desde entonces no se ha sumado a esa cifra.
No hay señales obvias de que Renault, ganador del Gran Premio de 1906 del Automóvil Club de Francia, corredor de las carreras modernas, esté a punto de sacudir la jerarquía de la F1, pero históricamente la marca ha disfrutado de picos cíclicos. Hizo que los rivales se rieran cuando introdujo la turboalimentación en la F1 en 1977 (una cuestión de eficiencia de costes: era más barato convertir un motor V6 deportivo de 2.0 litros existente en un turbo de 1.5 litros que construir un motor de aspiración natural). litro desde cero). Inicialmente poco confiable, su metodología pionera fue ganar carreras dentro de dos años y, a partir de entonces, estableció una plantilla para el futuro a mediano plazo de la carrera de Grand Prix. Después de que se prohibieron los turbos, Renault estuvo a la vanguardia del desarrollo de V10: su nuevo motor obtuvo dos victorias en 1989, su primera temporada y la fuerza dominante de la F1 durante gran parte de la década de 1990. Cuando Renault regresó en 2001 después de un breve receso, produjo un V10 inusualmente gran angular (111 grados) que mantuvo la reputación de la empresa de eludir las convenciones ... aunque no produciría muchos resultados, el éxito de Alonso en Hungría No obstante 2003. Un año después de cambiar a un V10 de 72 grados ganó el campeonato mundial, una hazaña que se repitió en 2006 cuando las reglas cambiaron y construyó su primer V8 de 2.4 litros. Posteriormente, ese motor impulsó a Red Bull a duplicar consecutivamente el título de la F1 entre 2010-2013, pero en la era híbrida, Mercedes ha ganado 68 de 91 carreras hasta la fecha, Ferrari 12 y Red Bull-Renault 11, mientras que la fábrica Renaults no ha logrado más que un par de quinta posición desde que la compañía reingresara como equipo de trabajo en 2015.
La historia proporciona una amplia evidencia para justificar el cambio de Ricciardo, pero la realidad actual es un poco menos persuasiva.
El australiano ha forjado su reputación gracias al intuitivo juego de carreras, el juicio milimétrico perfecto y la capacidad de percibir la menor oportunidad.
Esta es probablemente su jugada más audaz hasta ahora.
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