Tres años de trabajo. Este es el tiempo que tardó el Cavallino en recuperarse de la repentina pérdida de potencia en 2020 tras el acuerdo secreto con la Federación.
La sospecha, nunca demostrada por la FIA o al menos nunca confirmada oficialmente, es que los anteriores motores de Ferrari se saltaban los controles del caudalímetro, inyectando en la cámara de combustión más combustible del permitido. Sin embargo, independientemente del desencadenante real, en 2020 los autos con motor Ferrari perdieron repentinamente competitividad , cayendo en picada hasta el fondo de la parrilla.
Desde entonces, los ingenieros del Cavallino Rampante han trabajado con el único objetivo de cerrar la brecha de potencia entre Mercedes y Honda. Así, mientras los rivales aprovecharon el inicio tardío del campeonato 2020 para actualizar sus unidades de potencia, en Maranello los esfuerzos se dedicaron a montar un proyecto radicalmente diferente.
Parcialmente anticipado por la unidad 2021, el nuevo concepto solo se implementó por completo con el F1-75 2022. Sin embargo, aunque Ferrari demostró la temporada pasada que expresaba picos de potencia en línea con Honda, si no incluso más, globalmente el motor se mantuvo ligeramente inferior a la máxima competencia, especialmente en el compromiso entre rendimiento y fiabilidad.
Mattia Binotto confirmó que en 2022 el Cavallino Rampante era consciente de que había compensado la diferencia de potencia con respecto a sus rivales, pero la precaria fiabilidad puso al motor todavía un paso por detrás de sus rivales directos: "En cuanto a la unidad de potencia, incluso en esa área se decidió ser atrevido: empujamos los límites del rendimiento más allá de lo que hubiera sido un plan de confiabilidad normal".
"Eso es porque sabíamos que sería importante ponernos al día con la competencia antes de la congelación de cuatro temporadas, sabiendo que los problemas de confiabilidad siempre se pueden resolver más adelante. La brecha de poder que acusamos, por otro lado, necesitaba ser llenada de inmediato".
“Durante las pruebas y en las primeras carreras no hubo problemas” , continúa Binotto, “luego lamentablemente surgieron los límites de confiabilidad y tuvimos que implementar un plan de manejo de unidades de potencia que nos obligó a cambiarlas más a menudo que nuestros rivales, pagando las consecuencias en términos de posiciones en la parrilla”.
Según declaraciones recientes del nuevo director del equipo, Frederic Vasseur, con la unidad de potencia 2023, la confiabilidad finalmente debería estar bajo control. Si los resultados del dinamómetro se confirmaran en la pista, con el nuevo motor Ferrari podría completar un proceso de recuperación de tres años.
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