Auto Motor und Sport, mientras tanto, lo hizo. La dirección del equipo de carreras italiano indicó durante el lanzamiento que gastó las fichas de desarrollo disponibles en la parte trasera. Para empezar con la nueva caja de cambios, debería ser más ligera y compacta que la del coche 2020.
Esto libera más espacio en la parte trasera para compensar la pérdida de carga aerodinámica debido al piso simplificado. Una mayor rigidez a la torsión también garantiza una mayor estabilidad y su instalación ha sido asumida por Mercedes.
Debido al nuevo motor, Ferrari también ha tenido que ajustar la refrigeración y el suministro de aire. Esto se puede ver por primera vez en la nueva caja de aire, que es más ancha que antes.
Como resultado, esto puede dirigir más aire al radiador central. Además, se han mejorado los pontones, para que permitan más enfriamiento y al mismo tiempo envíen más aire a la placa inferior. Justo en frente de los nuevos pontones, se puede ver un cambio en los mamparos verticales y horizontales. Junto con bargeboards aún más complicados, Ferrari ha creado aquí un paquete aerodinámico muy innovador.
Dado que el equipo gastó ambas fichas de desarrollo en la parte trasera del SF21, la personalización del morro fue bastante limitada. No obstante, se ha colocado una nueva vela que complementa una estructura de morro ligeramente modificada. En primer lugar, la capa se ha cambiado ligeramente y se parece a la copia de Alfa Romeo. Además, se ha dado más espacio a las lamas superiores en el alerón delantero. Detrás de esto hay enfriadores de frenos más angulares y en la parte superior del morro Ferrari ha agregado cuatro guías de aire en ambos lados.
En esencia, los italianos tuvieron que modificar gran parte del paquete aerodinámico para que funcionara con la parte trasera revisada. El flujo de aire sobre el automóvil se ha revisado de principio a fin. Este es un gran paso, pero es necesario para volver a la cima.
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