La temporada de Sauber

Sauber pasó gran parte de 2017 abandonado en la parte posterior de la parrilla, pero consideró 2018 como una oportunidad para volver a unirse al centro del la grilla, con la actualización a mediados de 2016 finalmente dando frutos, ayudado por una mayor alineación con Ferrari, la tutela del sabio Frederic Vasseur, y el talento de conducción de Charles Leclerc.
El C37 de Sauber tuvo una pretemporada regular, y durante las primeras carreras, pero la filosofía de hacer actualizaciones menores regulares, a diferencia de las revisiones generales, ha pagado dividendos. La C37 también es una máquina bien equilibrada, responde bien a los cambios de configuración, mientras que el equipo se ha beneficiado de la escalada de Ferrari al frente de la batalla de poder. Pero colocar las mejoras solo en el automóvil y el motor sería un perjuicio para el resto del equipo, bajo la dirección de Vasseur. Las horas de pit stop y la consistencia han mejorado rápidamente (Silverstone a un lado), las decisiones estratégicas en el siempre cerrado se han ejecutado bien, mientras que hay una sensación general rejuvenecida sobre la operación. Jorg Zander fue despedido y el habilidoso Simone Resta fue contratado en el lugar, y él fue asignado al proyecto del próximo año, una astuta llamada de Vasseur. Sauber ya ha logrado su objetivo en 2018 y ha restablecido un aire de respetabilidad: cada paso será más difícil, pero todo está en su lugar para sugerir que el equipo está aumentando una vez más.

¿Cómo se adaptaría el altamente calificado Leclerc a la F1? Aquellos conductores que han tomado por asalto divisiones juveniles a veces prosperan, a veces luchan. Los primeros tres eventos fueron un desafío ya que Leclerc se acostumbró a los complejos matices del campeonato, con más de un error y la aceptación de que tenía que delegar ciertos elementos al equipo. Pero desde un cambio de configuración, y enfoque, en Azerbaiyán, el amable joven ha prosperado, y es su consistencia lo que ha sido enormemente impresionante. Algunos jóvenes lanzamientos candentes son escasos, proporcionando atisbos de potencial, pero Leclerc ha sido un piloto de mitad de grilla habitual este año, tomando una serie de apariciones en el Q2 y convirtiendo un trío de ellos en puestos de la Q3. Que conserva un admirable sentido de humildad y capacidad para reconocer que todavía tiene que mejorar, y que en realidad es la misma persona que él en la fórmula juvenil, es un crédito para su educación, y tal enfoque ayudará en ambientes futuros. o si encuentra retrocesos. Los dos últimos eventos previos al verano fueron más desordenados, en medio de la lluvia alemana y un enfoque conservador equivocado durante la calificación húngara, pero ese es el propósito de una temporada de novatos con un equipo como Sauber: aprender. Y él está aprendiendo muy rápido.

Ericsson fue silenciosamente impresionante contra los altamente calificados Felipe Nasr y Pascal Wehrlein, pero se ha enfrentado a un desafío diferente contra la fuerza de los huracanes de Leclerc. Ericsson esperaba tener la ventaja antes, pero una vez que Leclerc se hizo con la Fórmula 1, ha sido el monegasco quien ha prosperado. Entre China y Alemania, Ericsson en promedio comenzó cinco posiciones detrás de su compañero de equipo, efectivamente dejándolo atrás en el competitivo medio de la parrilla, y algunas veces forzado a adoptar estrategias alternativas a causa de su tarea cuesta arriba. Su ritmo de carrera es mucho más fuerte que su capacidad de una sola vuelta y su habilidad para preservar el delicado caucho de Pirelli es un rasgo que a menudo no se anuncia, que le ayudó a poner fin a su prolongada sequía de puntos este año. Hubo algunos momentos bajos, como el DRS instigado en Silverstone, pero Ericsson continúa desarrollándose como piloto, aunque ahora se acerca a la marca de 100 GP que es de poca sorpresa. Subirse a los neumáticos más blandos con poco combustible, ya que la pista y el ritmo aumentan un sábado por la tarde, tiene que ser su mayor área objetivo en los próximos eventos.