Ese particular 16 de agosto es ahora hace veinte años. No había vacaciones de verano en aquel entonces, pero solo había dieciséis Grandes Premios en la temporada, Hungaroring tenía menos de cuatro kilómetros de largo y llevaba trece años en el calendario. Fue la primera temporada de neumáticos acanalados y estrechos de F1, el quinto año de reabastecimiento que tuvo un impacto tan importante en la estrategia.
La victoria del 16 de agosto fue una de las mejores de Michael Schumacher con la Scuderia Ferrari, principalmente porque la victoria parecía imposible. Fue un resultado brillante basado en la capacidad, la coordinación y la concentración, la concentración necesaria para pasar de una estrategia de dos a tres paradas después de 43 vueltas, mientras se acumulaba una ventaja suficiente como para emerger aún a la cabeza. Y todo eso mientras lidias con el notorio tráfico del circuito húngaro.
Saltar hacia adelante veinte años y los coches de F1 son buenos y amplios de nuevo, el reabastecimiento de combustible se ha ido, la recta principal de Hungaroring es más larga y después del GP y dos días de pruebas el martes 31 de julio y el 1 de agosto, los equipos tomarán un merecido descanso a partir de la semana siguiente. Aquellos que están en los boxes no han tenido un día libre desde Alemania, dirigiéndose directamente a Budapest. La mayoría del equipo de carrera llega el miércoles. Ha sido un momento exigente para todos y no solo por el trabajo. En cuanto a la carrera, es un hecho bien conocido que la pista húngara es lenta, con la vuelta de popa de 2017 de Vettel a poco más de 206 km / hy los adelantamientos no son fáciles. Las llantas secas disponibles volverán a ser las Medianas, Suaves y Ultrasuaves, mientras que hay algunas dudas sobre el clima para la calificación y la carrera.
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