Con un año de su contrato actual aún pendiente, y dejando de lado las especulaciones de Ferrari, cuando se le preguntó sobre sus planes en 2021 y más allá, Lewis Hamilton admitió que mucho depende de lo que el jefe del equipo Mercedes, Toto Wolff, esté planeando para su futuro.
Aunque parece probable que Mercedes continúe en la F1, durante más de un año, Wolff se ha relacionado con un cambio a la Administración de Fórmula Uno, asumiendo el papel que actualmente ocupa Chase Carey. Naturalmente, el austriaco se ha mantenido con los labios apretados sobre el tema, pero incluso Hamilton ha indicado que es posible.
Aunque el deporte necesita seriamente a alguien que 'logre' que F1 lo ejecute, a diferencia de las personas con experiencia en marketing o medios de comunicación, la oposición al nombramiento de Wolff no iría bien con todos en el paddock.
"Cualquiera que haya sido un jugador activo e importante en cierto equipo en los últimos años, asumir esa responsabilidad en la F1 crearía automáticamente conflictos de intereses, percibidos o no", dijo el CEO de Ferrari, Louis Camilleri, a los miembros de los medios de comunicación en su almuerzo de Navidad del equipo para la prensa.
"Personalmente creo que no sería algo bueno. Nuestra posición es que si Mattia fuera el candidato para reemplazar a Chase Carey, creo que el resto del paddock no estaría muy contento con eso", agregó. "Es lógico".
Dejando a un lado el hecho de que un ex jefe del equipo Ferrari se convirtió en presidente de la FIA, cuando se le preguntó si, al oponerse al nombramiento de Wolff, el equipo italiano podría usar su infame poder de veto, otorgado cuando ese cierto ex jefe del equipo estaba en el timón, Camilleri admitió: "El veto es una especie de herramienta de último recurso. Si nos enfrentamos a eso, creo que explicaríamos nuestra posición con bastante claridad a la gente de Liberty, Greg en particular, y creo que tendríamos una conversación constructiva".
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